sábado, 23 de enero de 2010

Ensayo en el Psiquiátrico con Von Tanero

Agencia de Noticias "El Palmar Express"


En la fotografía se plasma el preciso momento de la evacuación del Psiquiátrico de Erich Von Tanero tras irrumpir antorcha en mano en el ensayo de Ritmo Rancio al grito de “Soy el Ángel Exterminador, purifiquemos la música”.
Observen al Dr. Rayito de Luna asomado a la ventana, experimentando un gran gozo.

Ha pasado mucho tiempo y no sabemos nada de Von Tanero…
Sin embargo su recuerdo permanece ignífugo e indeleble en nuestra memoria. 
En homenaje a su “gigantesca figura”, comenzamos en esta entrada a narrarles su “biografía no autorizada”, que se desarrollará en varios capítulos.

Capítulo Primero: Orígenes. (Gaudeamus Igitur)

Erich fue el único hijo nacido del matrimonio entre el conocido banquero de ascendencia hindú-arábigo-prusiana, Yamad-Al Von Tanero, y la condesa austriaca Alejandra Von Sito, a la que todos llamaban por su diminutivo “Al”, lo que hizo que en el colegio fuera objeto de constantes burlas cuando se pasaba lista y que finalmente todos la conocieran como “Alfonsito” a secas.

El fatídico destino de Alfonsito la condujo a una temprana muerte (cinco de la madrugada), víctima de “palurdismo” (fue contagiada de gripe por un palurdo en el mercado). En su lápida, Yamad-Al, hizo grabar este epitafio: “Ha muerto mi esposa… …que era lo que yo más quería” (nunca aclaró si “lo que más quería” era a su esposa… o la muerte de ésta).

Yamad-Al, contrajo segundas nupcias con Uta Von Dona, robusta granjera que poseía unos ocres acres de tierra dedicados al cultivo de cereales (trigo, cebada, centeno…), es decir, se dedicaba a la explotación de todo tipo de granos. De esta unión, nacieron otros dos hijos: Klaus y Brünhilda, conocidos como “los Gemelos Von Tanero”. Erich, que nunca les tuvo afecto, se refería a ellos despectivamente como “los hijos de Uta”.
Los gemelos eran tan idénticos que sólo a partir de los dieciséis años se les comenzó a distinguir, gracias al frondoso bigote… de Brünhilda.

Yamad-Al consiguió una acomodada posición para su familia gracias a su profesión de banquero. En efecto, fabricaba bancos para los parques de su ciudad natal Salzburgo. Todas las noches, tras la cena, la familia se sentaba en el banco del porche adoptando una "acomodada posición".

La principal actividad de la ciudad era la música, festival anual incluido. Prácticamente todos los “salzburgaleses” eran aficionados a la música, pero los Von Tanero eran una rara excepción; ninguno de ellos sentía la más mínima inclinación musical, a excepción de Erich.

Su sordera congénita no hizo más que aumentar su afición por la más bella de las artes. Ejemplo de precocidad inusual, a los cinco años tocaba prácticamente todos los instrumentos. Ello le suponía constantes reprimendas de los músicos locales que le recriminaban: nene, eso “no se toca”.

Pronto aprendió a tocar la trompeta “de vista”, por imitación de los movimientos de los trompetistas. Nadie le explicó nunca que además de acercarse el instrumento a la boca, había que soplar, por lo que Erich pasaba las horas hinchando los carrillos y pulsando las teclas de la trompeta sin emitir un solo sonido.
Habitualmente se congestionaba y se mareaba por la hipoxia. A pesar de sus múltiples mareos, nunca llegó a perder el conocimiento. Quizás… porque nunca lo tuvo.

Erich padecía una rara enfermedad de la piel, descrita por un dermatólogo de Soria, en cuyo honor se denominó “Soriasis”. Debido a ello extremaba sus precauciones con el sol. Para interpretar las composiciones en “Sol Mayor” siempre se ponía bajo una sombrilla y para las de “Sol Sostenido” se untaba bronceador.

Al iniciar su adolescencia, Erich descubrió el “sexo débil”al observar sus partes pudendas.

Pero de su etapa juvenil hablaremos en la próxima entrega. (Con la venta de este fascículo se obsequiarán las “tapas de la obra” (magra con tomate y tortilla de patatas).

(Continuará… )

Julián Oñate Gómez, Joaquín Nieto-Munuera

Fotografía tomada el día del "ensayo" en el Psiquiátrico




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