sábado, 9 de octubre de 2010

Martín


Queridos amigos:


Qué mejor forma de saludar al Otoño, que hacerlo desde el recuerdo, o al menos intentarlo, a la manera de "a la recherche du temps passé".
El relato que hoy les dejamos, escrito por nuestro compañero Amadeo Valoria, nos transporta a otros tiempos y a otros lugares, quizás no tan alejados del presente.
No se puede negar que a nuestro autor le gusta la música. La lectura desde el principio nos introduce con el sonido rítmico y acompasado de una campana, en una historia que evoca nostalgias y....
Pero dejemos que la lectura de este "minirelato" os acompañe y entretenga este fin de semana. Así lo esperamos.

Un gran abrazo para todos.



MARTÍN

¡tilín!......

Por el tragaluz de la puerta se asoma la mañana fría de otoño. Huele a pan sobao. Paco, el de la tahona de al lado, se ha pasado una noche más en el blanco de nuestros sueños amasando en la artesa y pincelando las hogazas. Es una pena que haya pasado Tosantos: hasta San Blas no hará bollos preñaos con chorizo. ¡Eso sí que huele bien!

¡tilín!

Hace frío. La habitación, como todas las de la casa, está a su abrigo, interior. Empiezo a oír el choque de cazos en la cocina. Nos están preparando la leche caliente que Juana ha traído como cada mañana.

¡tilín, tilín!

A los chicos no deberían perdonar esta pereza mañanera, llena de sueños, de trampas para pájaros, de las peras que nos comimos ayer tarde en la huerta, de la partida de pelota en el frontón que hay tras la iglesia.
Anoche Padre se puso serio porque mi hermano Ramón y yo nos escondimos en la alacena. Sabíamos que alguno de los otros robaba nueces del saco que allí se guarda. Habíamos visto las cáscaras en el fuego del hogar, disimuladas con la ceniza, y queríamos darle un susto.

¡tilín, tilín!

Cuando Angelín metió la mano por la gatera del despensero, a eso de las siete, mi hermano Ramón, que es más fuerte que ninguno, la agarró…y el pequeño empezó a llorar. Padre, cuando llegó del molino del arrabal estaba cansado. Había acudido como partero del pueblo a asistir a la mujer del molinero y a la vuelta había tenido que avisar al vecindario porque una cuadra que guardaba aperos y forraje estaba ardiendo cerca de los Cocinos. Al llegar a casa se encontró a Angelín llorando y nos llamó, muy serio, para que le explicáramos lo ocurrido, y que no volviera a pasar. Su cara se alargó, pero sus ojos recordaban que también había sido niño.

¡tilín, tilín....tilín; ....limosna……!

La luz que entra por la ventana del dintel es plomiza, amenaza silencio. Madre nos ha dicho que hoy nos tenemos que poner las botas por si nieva y que Pericazas vendrá con una manta para llevarnos a Angelín y a mi al colegio. Hace frío del norte y dicen que el lobo se está moviendo . Los pastores comienzan a preocuparse.

¡tilín, tilín....tilín; ....limosna para……!

Tengo mucha ilusión por ir a la escuela. El señor maestro nos dijo que hoy nos explicaría lo de la luz y la electricidad. En casa hay dos bombillas: una en la cocina, fija, y la otra que tiene un cable largo y retorcido para recorrer toda la casa. Dice el maestro que con la luz puede hacer sonar una campana. Nos dijo que nos lo enseñaría en clase.

¡tilín, tilín....tilín; ....limosna para el pobre……!

Los mayores, en el pueblo, andan cabizbajos. Se miran, asienten con la cabeza. Las mujeres hablan entre ellas y algunas lloran. Los hombres no lloran. Martín el carbonero está en boca de todos ellos, murmuran, pero no les entiendo
¡Qué rica está la leche caliente!. Madre la endulza con miel en invierno y nos pone una rebanada de ese pan, blanco como la nieve que avisa y que Paco acaba de sacar del horno.
El alguacil se acerca por los Cocinos con su campana. Le oigo mejor.
Es casi la hora de ir al colegio y Pericazas no ha llegado. Madre nos tiene listos, con la manta, arrebujándonos en la cancela.
Llega Hombrachón. Pericazas, dice, ha tenido que ir a ayudar a la forja porque unos machos no se dejaban herrar.
Salimos en brazos de Hombrachón. Nos ha puesto un gorro de lana a cada uno. Sí hace frío, sí.

Oigo bien al alguacil:

¡tilín, tilín....tilín; ....limosna para el pobre Martín, que van a ajusticiar……!


Amadeo Valoria Martínez





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