domingo, 4 de abril de 2010

El Amor en la distancia: La Nochera


Queridos amigos: hablar hoy día de amor en la distancia, en una cultura como la nuestra en donde  la "accesibilidad" determina en muchos casos un amor "express", puede resultar cuanto menos paradójico.
Bien es cierto que la accesibilidad favorece la inmediatez, y por ende la consecución; pero aquello que se consigue rápido y sin esfuerzo, pronto pierde todo el interés y finalmente terminarmos por olvidarlo. "No sé lo que quiero, pero lo quiero ya", reza la letra de una canción del grupo de rock argentino Sumo,  frase  paradigmática que ilustra esta realidad.

En el amor nos sentimos atraídos por lo desconocido, por lo que podemos descubrir y esta averiguación puede conllevar un cierto riesgo; y también porque la distancia y la dificultad suponen un reto, un acicate que deviene en intensidad, en necesidad, en motivación, en afán de conocer…

Es indudable que la urgencia imperiosa que surge en los enamorados, es la de estar siempre juntos, pero también es cierto que la relación íntima con otra persona, sin restricciones, sin espacio personal, conlleva el perder la propia identidad y con el devenir del tiempo termina con la pérdida del atractivo por ella.

Para poder ser verdaderamente uno, antes hay que ser verdaderamente dos, escribe R.W. Emerson en un ensayo titulado “La amistad”. Por tanto, a veces puede ser necesario marchar para regresar. “Reculer pour mieux sauter” (dar un paso atrás para tomar impulso). La distancia, en ocasiones, nos permite ver mejor y también nos puede facilitar el redescubrimiento de la otra persona. En este sentido podemos citar, algunos ejemplos tomados de la Historia, de la Literatura: Beatriz y Dante, Tristán e Iseo, Diego Rivera y Frida Kahlo... Estas parejas se comportaron, a lo largo de sus vidas amorosas, estableciendo distancias en sus relaciones, protagonizando rupturas y reconciliaciones, promoviendo  nuevos encuentros, nuevos deseos…

En la Música, encontramos composiciones que nos hablan de este "amor distante":
"Dicen que la distancia es el olvido,  pero yo no concibo esa razón"... (La Barca. Roberto Cantoral. México).
"Contigo en la distancia amada mía estoy"... (Contigo en la distancia. César Portillo de la Luz. Cuba)
"Ahora que estás ausente mi canto en la noche te lleva"... (La Nochera. Jaime Dávalos, Ernesto Cabeza. Argentina)

Para ilustrar este “amor en la distancia”, les propongo hoy una zamba argentina, música por la que siento una especial predilección. Intérpretes como Eduardo Falú, Los Chalchaleros o Mercedes Sosa, han contribuido a difundir la zamba, para deleite de todos.

La Zamba es un género musical originario de Perú, que a su vez, deriva del Fandango Español. Nacida en Lima en 1824, según Carlos Vega, con la denominación Zamacueca.
Como danza se desarrolla en el ámbito de las comunidades indígenas en donde tuvo una amplia aceptación y un gran desarrollo posterior. Su nombre hace referencia al mestizaje surgido entre negros e indígenas, es decir zambos, y de hecho, de las coplas de requerimiento que iban dirigidas a las zambas, es de donde finalmente se manifiesta.
La Zamba se canta y se baila en Perú, Chile, Bolivia, Paraguay, Ecuador, y Argentina. A ésta última llegó por dos vías, pasando de Chile a los salones de Mendoza, y de Lima a los de Jujuy, Salta y Tucumán, entre 1825 y 1830. Se ha conocido a este género musical por diversos nombres: Zamacueca, Zambacueca, Zambaclueca, Chilena, Marinera, Cueca y Zamba siendo todas denominaciones regionales de una forma musical coreográfica común con leves variantes captadas de los distintos lugares en donde se desarrolló.

Les dejamos pues, con esta  magnífica zamba “La Nochera”, en versión de Ritmo Rancio.
Toda una declaración de amor en la distancia, radiante, libre y sensual.

Joaquín Nieto Munuera.

La Nochera (Zamba)
Letra: Jaime Dávalos. Música: Ernesto Cabeza

Ahora que estás ausente
mi canto en la noche te lleva
tu pelo tiene el aroma
de la lluvia sobre la tierra

Y tu presencia en las viñas
dorada de luna se aleja
hacia el corazón del vino
donde nace la primavera.

Mojada de luz
en mi guitarra nochera
ciñendo voy tu cintura
encendida por las estrellas.

Quisiera volver a verte
mirarme en tus ojos quisiera
robarte guitarra adentro
hacia el tiempo de la madera.

Cuando esta zamba te cante
en la noche sola recuerda
mirando morir la luna
como es larga y triste la ausencia.

Mojada de luz
en mi guitarra nochera
ciñendo voy tu cintura
encendida por las estrellas.









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